SAULO: LA SANTA ESPADA DE TARSO.

 SAULO:  LA SANTA  ESPADA  DE TARSO.


Saulo, ciudadano romano,  perseguía con  implacable furia  a los cristianos para apresarlos y destruir su organización.

Un día vio a  su maestro Gamaliel, que  durante el Concilio hizo sacar a los apóstoles que estaban presos y habló a todos diciendo:

《varones de Israel, piensen bien en lo que van a hacer con estos hombres.Ya hace algún tiempo  se levantó Teudas quien se jactaba de ser alguien y logró que se le uniera un grupo como de cuatrocientos hombres; pero lo mataron y todos los que le seguían fueron dispersados y exterminados.

Después cuando se hizo el censo se levantó Judas el galileo y logró que muchos del pueblo  lo siguieran.Pero también los mataron y todos los que le seguían fueron dispersados.

Por eso les digo ahora, olvídense de estos hombres. Déjenlos, porque si esto que hacen es de carácter humano, se desvanecerá, pero si es Dios, no lo podrán destruir, y no vaya a ser que ustedes estén luchando contra Dios ! 》

Los apóstoles fueron azotados y liberados, pero se marcharon alegremente de haber sufrido por causa de su Maestro. 

Saulo siguió persiguiendo sin tregua los cristianos y un día que se dirigía a Damasco, un intenso resplandor lo derribó de repente y quedó ciego tendido en el suelo.

Una voz le habló en su interior diciendo《Saulo  ¿por qué me persigues? 》

Era la voz de Jesús, quien penetró fulminante, y profunda, como espada de doble filo en corazón de Saulo y lo cambió para siempre.

Fue un día  25 de Enero de hace un poco más de dos mil años. Y a partir de entonces, Saulo se convirtió y fue bautizado con el nombre de Pablo, y se hizo conocer  como Pablo, apóstol por la gracia de Dios.


octubre ,2021


HIMNO DE HORAS:  

Pedro, roca; 

Pablo, espada. 

Pedro, la red en las manos;

Pablo, tajante palabra. 


Pedro, llaves; 

Pablo, andanzas. 

Y un trotar por los caminos 

con cansancio en las pisadas.


Cristo tras los dos andaba: 

a uno lo tumbó en Damasco,                             

y al otro lo hirió con lágrimas.


Roma se vistió de gracia:                                      

crucificada la roca, 

y la espada muerta a espada. 


Amén,

Enrique Mangana López c.m.

Santander - España.