ORACIÓN SALVE A LAS VACAS QUE SALVÓ A PEDRO EL DIABLO
La oración de Salve a la vacas es una poderosa oración que exalta los poderes de la Virgen María, como mediadora y defensora de los pecadores arrepentidos, bajo cuyos ruegos sus almas son perdonadas por su hijo Jesucristo, mientras que el Maligno lucha y protesta porque las almas de los pecadores no deban salvarse, sino condenarse al fuego eterno. La oración comienza presentando a las vaquitas -que abrigaron a Jesucristo recién nacido en el pesebre-, trayendo la cruz de Jesús, desde el monte mayor que es el Gólgota. Luego se continua presentando la historia de Jesucristo disfrazado de mendigo que llega a pedir limosna a un hombre rico, quien ensoberbecido en su vanidad, niega toda ayuda al menesteroso, hasta que este muestra la herida de su costado, pero ya es tarde para el hombre rico, quien es reclamado por el demonio para llevarlo a los infiernos. El hombre rico corre desesperado ante la Virgen María pidiendo que lo salve de los reclamos del diablo, ante lo cual la Virgen María recurre a su hijo Jesús Redentor a pedir la salvación y perdón de dicha alma. Jesús acepta el pedido de su madre y el diablo es despedido, humillado expulsado por el Arcángel San Miguel, príncipe y líder de las huestes del Altísimo. teniendo que volver al infierno sin cargar con el alma del rico vanidoso.
La oración termina con la exhortación en la fe y confianza que debemos a la Virgen quien siempre esta pidiendo por las almas del purgatorio, y finalizando con la exaltación a la Santísima Trinidad Padre Creador, Hijo Redentor y Espíritu Santo Consolador del Mundo. Se tiene conocimiento que esta oración es muy rezada en la sierra de norte peruano Huancabamba, Ayabaca y parte de la sierra del Ecuador como un arma poderosa contra las acechanzas del demonio, quien apenas escucha la oración, huye despavorido
ORACION DE LA SALVE A LAS VACAS
Ya vienen las vaquitas
del montecito mayor,
trayendo la crucecita
de Jesús nuestro señor.
Salve, Salve, Salve purísima Madre.
Salió un pobre una mañana
a casa de un rico entró,
a pedir una limosna
señor por amor de Dios.
Salve, Salve, Salve purísima Madre.
El rico cuando lo vio
Hizo que se sonrió,
mirando al gallardo joven
que limosna le pidió
Salve, Salve, Salve purísima Madre.
Siendo un joven tan hermoso
y de tan pequeña edad,
por qué no aprendes oficio
y empiezas a trabajar?
Salve, Salve, Salve purísima Madre.
Mi padre fue carpintero
cuyo oficio no aprendí,
me sucedió una desgracia,
por la cual me veo así.
Salve, Salve, Salve purísima Madre.
Yo no te pregunto de eso
sino que vengas a ver,
donde tengo mis haciendas
para venir y recoger.
Salve, Salve, Salve purísima Madre.
El pobre entonces le dijo,
no es ese mi natural, tampoco mi proceder,
y aunque en carne soy venido,
es muy grande mi poder.
Salve, Salve, Salve purísima Madre.
Soy poderoso en los cielos
y de los ángeles rey,
amparo de pecadores
y de los soberbios juez.
Salve, Salve, Salve purísima Madre.
Caminando hacia la esquina
una herida le mostró,
herida de su costado
que al instante se cerró.
Salve, Salve, Salve purísima Madre.
Al ver todo esto el rico
de rodillas se postró.
regreso el pobre y le dijo
ya es tarde quedas sin Dios.
Salve, Salve, Salve purísima Madre.
El rico muy asustado
A la carrera salió,
en busca de su abogada
y hacia la Virgen llegó.
Salve, Salve, Salve purísima Madre.
La virgen le dijo a Cristo
hijo de mi corazón,
por mis pechos que has lactado
que esta alma alcance perdón.
Salve, Salve, Salve purísima Madre.
Jesucristo respondió
madre de mi consolación,
qué pedido me habrás hecho
que no te he cedido yo.
Salve, Salve, Salve purísima Madre.
El demonio le dijo a Cristo
te pido grande señor,
que este hombre sin corazón,
pertenezca a mi legión.
Salve, Salve, Salve purísima Madre.
Jesucristo le respondió:
quítate sayón de aquí,
que es pedido de mi madre
que esta alma alcance el perdón.
Salve, Salve, Salve purísima Madre.
El demonio está muy grave
y no tiene mejoría
y es porque le están rezando
el rosario de maría.
Salve, Salve, Salve purísima Madre.
El enemigo renegando
al infierno se arrojó,
maldiciendo su trabajo
que de nada le sirvió.
Salve, Salve, Salve purísima Madre.
Las cuentas de mi rosario
son balas de artillería,
que hacen temblar el infierno
si rezo el ave maría.
Salve, Salve, Salve purísima Madre.
La virgen del Carmen pura
al purgatorio ingresó,
a salvar todas las almas
que el señor las perdono.
Salve, Salve, Salve purísima Madre.
Un viernes santo murió Cristo
y el mismo día se sepultó,
y los ángeles cantaron gloria
porque el domingo resucito.
Salve, Salve, Salve purísima Madre.
Quien pudiera gran señor
volar al cielo mayor,
y ver la gloriosa Pascua,
de Cristo nuestro señor.
Salve, Salve, Salve purísima Madre.
Los ángeles en el cielo
cantan con dulce alegría
y nosotros aquí en la tierra
Alabamos a María.
Salve, Salve, Salve purísima Madre.
Glorifiquemos al Padre
señor de todos los cielos,
glorifiquemos al hijo
señor también de los cielos
y al Santo Espíritu glorioso
que nos consuela en la tierra.
Adaptación popular Anónimo de la sierra Piurana