COSAS DEL MÁS ALLÁ: TELESFORITO VOLVER A NACER.

 COSAS DEL MÁS ALLÁ: TELESFORITO, VOLVER A NACER.


El pueblo de Serrán fue un cacicazgo  de existencia precolombina, que gozó  siempre de la prosperidad, debido a la abundancia de tierras feraces para el cultivo de cereales, y por  la calidad de los jefes que gobernaron, pero una vez disuelta su organización debido a la disputa que mantuvieron enfrentados a los medio hermanos Huáscar y Atahualpa por la sucesión del Imperio Incaico; luego con la invasión española, el  pueblo se sumió en un letargo que se prolongó  sin visos de recuperación de su antiguo esplendor. No obstante lo antes dicho, Serrán mantuvo hasta el siglo pasado una importancia gravitante en la zona.

Allí vivió en los años 1930 una familia acomodada y de bien vivir, de apellido Vega Ocaña, dueños de buenas tierras, y riquezas  en joyas de plata y oro, que se habían desposado   ya entrados en más de los 35 años  de edad, y el matrimonio sólo pudo procrear un sólo hijo, que nació robusto y sano, llenando de alegría al matrimonio. El niño fue bautizado con el nombre de Telésforo, pero pronto le llamaron Telesforito y fue criado con todos los mimos y aceptándole cuanto capricho se le antojaba, pues para el niño no había nada que fuera prohibido, como pegarle a otros niños pequeños,  festejar pequeños hurtos de  cosas que no eran de su propiedad, pues estas acciones eran celebradas como si se tratara de una habilidad  e inteligencia de Telesforito. Cuando alcanzó la juventud, se reunía con sus amigos con los cuales acudía a fiestas, donde ingería abundantes cantidades de licor hasta perder el conocimiento. Llegado a la adultez, tuvo experiencias fallidas de formar un hogar, pues trataba y maltrataba a sus parejas que despavoridas se separaban de él tan luego podían..

Tarde se dieron cuenta los padres, que habían cultivado a un ser completamente díscolo, malcriado, borracho y despreciable, era un verdadero árbol torcido difícil de reeducar y encausar por un  camino derecho. Cuando los padres de Telesforito murieron, él empezó a gastar el dinero que le dejaron continuando con su vida licenciosa, parecida al de la parábola  del hijo pródigo, gastando todo hasta encontrarse completamente pobre sin dinero y sin amigos, que tan luego lo vieron tan miserable, le dieron la espalda y en una oportunidad hasta le dieron una paliza que lo le dejaron con un ojo completamente dañado. Telesforito siguió viviendo en el pueblo, completamente desdichado, sin dinero, sin amigos y sin familia, su persona se fue degradando hasta convertirse en un menesteroso, pidiendo comida por las casas. Tenía una  mirada deplorable  y para mirar  con un sólo ojo levantaba la cara como si buscara los rayos del sol del mediodía.

Así transcurrían sus días miserables, lamentándose de su insensatez de malgastar los dineros de sus padres, cuando una noche, totalmente abatido, se deseó la muerte porque ya no tenía sentido seguir viviendo, y así pensando se quedo profundamente dormido y soñó que su fallecida madre se acercó a consolarlo y le narró la historia del profeta Elías que cansado y  hambriento, huyendo por el desierto, se durmió  debajo de un árbol de Enebro, pidiendo a Dios que le quitara la vida, pero Dios le envió su ayuda y cuando el profeta despertó encontró pan y carne  que un cuervo había depositado a su costado, y una vez alimentado y bebido agua de un arroyo cercano, Elías  pudo caminar por el desierto, durante cuarenta días hasta llegar al monte Horeb, donde parado a la puerta de una cueva, pudo sentir la presencia de Dios, en forma de una brisa suave y fresca. Todo esto veía  y escuchaba en la presencia de su madre que le hablaba  en el sueño, de tal manera que antes de despertar, su madre le dijo, "Acércate al granero abandonado  y encuentra un baúl grande de doble fondo, ábrelo y encuentra el alimento que te preparé  para que puedas recorrer el desierto de tu vida que te falta, y porque  para ello, tienes que volver a nacer" y la figura de su madre se desvaneció completamente en el sueño.

Asustado, despertó Telesforito, se frotó los ojos para volver a su realidad y se encontró, menesteroso y despreciable, pero increíblemente invadido por un vendaval de optimismo jamás experimentado, e inmediatamente se dirigió corriendo al granero abandonado,  y removiendo los trastos viejos de toda índole,  encontró debajo de todo, al vetusto baúl lleno de polvo. lo separó a un sitio libre y con un hacha descubrió el doble fondo que estaba repleto de libras esterlinas de oro y soles de plata de nueve décimos, toda una fortuna  difícil de consumir en toda una vida. Telesforito dio gracias a su madre, que llegó en sus sueños para sacarlo de sus desgracias. Desde ese momento y sin hacer alarde de nada, fue cambiando de vida como le había dicho su madre tienes que volver a nacer, renovó su casafue adquiriendo ropa nueva, alimentándose mejor, recuperando sus tierras heredadas que estaban abandonadas y  llenándolas de cultivos. También fue comprando caballos, vacas, cabras y todos sus emprendimientos prosperaron como espuma. De nuevo se vio inesperadamente rodeado de amigos que le invitaban a fiestas, pero el se disculpaba y más bien en sus conversaciones recalcaba que en tiempos buenos, los amigos le conocen a uno;  pero en tiempos malos, uno conoce a sus amigos, por lo que el  prefirió formar una buena familia, entregándole todo su amor y sus cuidados.

Así fue como Telesforito, escuchando el mensaje de su madre desde el más allá, se convirtió de ser una persona despreciable, en un hombre de bien, y hasta se puso un implante de vidrio en ojo perdido,  porque había vuelto a nacer como le recomendó  su madre, y también como sucedió  Nicodemo en tiempos de nuestro Señor Jesucristo, Jesucristo. Dejamos escrita esta lectura  en la historia malacasina para ningún paisano tenga la tentación de imitar la primera parte de la vida de Telesforito.


noviembre 2021.