DEL EGOCENTRISMO AL CRISTOCENTRISMO.
Entonces decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a si mismo, tome su cruz cada día y me siga. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se arruina a sí mismo?. Lucas ( 9,22-25)
En la lectura de este pasaje del Evangelio, Jesús plantea la disyuntiva y dentro de la libertad que Dios nos ha dado, de decidir si estás contigo mismo egocentrismo o con Jesús nuestro redentor Cristo centrismo.
La primera opción de ponernos como centro de nuestra existencia, hecho que conlleva a pensar que todo se mueve a nuestro alrededor, actitud de los reyes, los dictadores, los acaudalados, los epulones, los vanidosos, los prepotentes, los potentados, los adoradores del dios dinero los que en vez de corazón tienes un muñón reseco sin alma sin vida,
Ese egocentrismo los pierde definitivamente dado que teniendo un poder absoluto, ese mismo poder los corrompe absolutamente, su destino final es el infierno de Dante donde se encuentra a todos los condenados; Caín, que por envidia dio muerte a su hermano Abel, Judas Iscariote que vendió a su maestro, el rico Epulón que no se compadeció del pobre Lázaro, el emperador Nerón que incendió Roma para tener el motivo de eliminar a los primeros cristianos, está Calígula que sodomizó a su hermana, y nombró Cónsul a su caballo, Atila que fue llamado el azote de Dios, Enrique VIII que dio muerte a Tomás Moro que no quiso legalizar el divorcio del rey para que este volviese a casarse una vez mas de las tantas veces que lo hizo.
Ahí en el infierno ´sufriendo la impotencia de no poder ver a Díos, porque durante su vida se ahogaron en la vanidad, en en el orgullo efímero, se juntaron, Luis XIV que dijo "El estado soy yo", Hitler, Lenin, Stalin, Gadafi, Idi Amin, Sadam Hussein Fidel Castro, Hugo Chávez, Daniel Ortega y otros tantos dictadores que han terminado tristemente olvidados.
Mientras que el Cristo centrismo que pone toda su confianza en Dios, haciéndose pequeño a casi nada, para abandonarse en la misericordia de Dios, como los siete hermanos macabeos que murieron torturados junto con su madre dando gloria a Dios y aceptando la muerte antes que renegar de su fe en Dios, como la fe de David en su duelo contra Goliat, como María Santísima que acepto la maternidad del hijo de Dios con profunda humildad, como San Francisco de Asís, que se hizo hermano de la naturaleza, hablando con el hermano sol, la hermana luna, el hermano lobo, como los grandes santos que se preocuparon por los pobres, cómo San Vicente de Pau ; o en los niños como San Juan Bautista de la Salle, o Santa Teresa de Calcuta que recogía a los menesterosos moribundo de la ciudad de Calcuta para que estos murieran en sus brazos sintiendo el amor fraterno.
Ser Cristo céntrico es aceptar desde el fondo de nuestra alma la nueva alianza dejada por Jesús sellada con su muerte en cruz, vejado azotado burlado y coronado con una corona de espinas y crucificado entre dos ladrones. Todo lo aceptó Jesús para restituir nuestra amistad con el Padre Eterno, y con su sangre bendita lavó toda mancha para dignificarnos en un mundo nuevo pleno de misericordia , perdón, compasión y caridad.
Ser cristo céntrico es abandonar el YO para ponerse en los brazos de Jesús y volcar toda nuestra confianza haciéndonos pequeños como un niño que se vuelca en brazos de su madre pleno de paz y seguridad.
Pequeña reflexión de Federico.
Lima,2022