PEDRO, SANTIAGO Y JUAN : LOS HIJOS DEL TRUENO




  PEDRO, SANTIAGO Y JUAN : LOS HIJOS DEL TRUENO

Los doce apóstoles que el Señor Jesús eligió para continuar su obra evangélica fueron doce: Simón o Pedro y Andrés su hermano, Santiago el mayor y Juan hijos de Zebedeo,  Felipe, Bartolomé, Mateo, Santiago el menor,, Judas Tadeo,  Simón, Tomás el mellizo y Judas Iscariote.

Los tres primeros  fueron pescadores y respondieron a la primera llamada del Maestro, con un impulso inusitado indubitable vital  y explosivo como los truenos de una tempestad.

Fue un  día en que Pedro y su hermano Andrés estaban a orillas del lago de Galilea, cuando Jesús pasó junto a ellos, les miró y les dijo Síganme y ellos le siguieron, eran como las cuatro de la tarde. Mas tarde vio a otros dos hermanos, Santiago y Juan parchando  sus redes, también los invitó a seguirle y éstos, dejando sus redes le siguieron.

Pedro Santiago y Juan, los (Boanerges) hijos del trueno,  fueron los discípulos mas cercanos de Jesús, hombres rudos hoscos y violentos, con muchas carencias espirituales, pero eran decididos y dispuestos a entregar todas sus fuerzas para lograr sus propósitos. Jesús los llamó porque ellos estaban destinados para llevar  su obra evangélica mas allá del límite de  sus posibilidades. Por ello,  Pedro, Santiago y Juan, los hijos del trueno, acompañaron a Jesús al Monte Tabor para encontrarse con Elías y Moisés los mas grandes profetas del antiguo testamento en la historia del pueblo de Dios y allí contemplaron la transfiguración del Jesús y quedaron tan extasiados que Pedro en un arranque de entusiasmo viendo las blanquísimas vestiduras de Jesús y de tan santísimos seres celestiales sugirió levantar tres carpas , una para Moisés, otra para Elías y otra para Jesús para pernoctar en tal santísimo lugar. Pero una vez pasada la visión, Jesús les instruyó para que guardaran en secreto lo que habían visto   y no la comunicaran a nadie.

En la transfiguración, se muestra la complacencia de Dios, quien se hace presente anunciando desde lo alto Este es mi hijo amado en quien me complazco. La transfiguración marca la unión entre la antigua y la nueva alianza, (entiéndase como tinajas viejas y tinajas nuevas) y  el encuentro entre los únicos que vieron a Dios. El Profeta Elías 900 Ac. sintió la presencia de Dios, no en la tormenta que partía las piedras, ni el terremoto que azotó violentamente haciendo temblar la montaña, pero si, en el céfiro suave y fresco mientras estaba parado en la entrada de la cueva del Monte Carmelo , donde había pasado la noche ; y el profeta Moisés 1400 Ac vio a Dios en forma de una zarza ardiente en la cima del monte Horeb en el desierto de Sinaí. Ambos profetas tuvieron dominio sobre  las aguas en el Mar Rojo y el Rio Jordán y ambos escaparon de la muerte ayudados por Dios. Jesús redime a la humanidad con su muerte en cruz y limpia todo vestigio de pecado lavándonos con su preciosima sangre derramada como Cordero Pascual, y estableciendo una nueva alianza basada en el amor, la compasión, la misericordia, la compasión y la caridad con el prójimo.

Los tres apóstoles Boanerges, hijos del trueno, fueron pilares en la historia del Cristianismo: Pedro aun con grandes debilidades, como que negó tres veces a Cristo, fue cabeza de la Iglesia y entregó su vida siendo crucificado en Roma en tiempos del Emperador Nerón, pidiendo que se le crucificara de posición inversa porque según él, no era digno de morir en posición igual que su maestro.

Santiago vivió muchos años y su obra evangélica se extendió hasta el territorio español llegando hasta la Finisterre, Santiago de Compostela donde termina la tierra y comienza el inmenso mar Atlántico, hoy convertida en punto de peregrinación, siguiendo el camino de Santiago. Otra versión dice que Santiago volvió Jerusalén donde fue decapitado por mandato de Herodes Agripa.

Juan, quedó por encargo de Jesús como compañía de su madre María, quien paso a ser la madre de la humanidad, Juan he ahí a tu madre; Madre he ahí  a tu hijo. Después  de la asunción de la virgen  María, escribió el Evangelio según San Juan y marchó hacia las tierras de Turquía refugiándose en la isla de Patmos donde escribió el libro del Apocalipsis, que narra la situación de la Iglesia de su tiempo y  el fin de los tiempos que tendrá lugar en la segunda venida de Jesucristo a la Tierra para el Juicio Final.

murió pacíficamente a una avanzada edad en la ciudad de Éfeso, siendo el único apóstol que no murió sacrificado.

Así fue el destino de los hijos del trueno, hombres de barro que en manos de Jesús nuestro Señor se convirtieron en verdaderos apóstoles, que supieron asumir el rol que les tocó en esta vida, aceptando que todo lo viene de Dios es bueno para los hijos que ama el Señor.


Enero 2023, Pequeña reflexión.