JESUCRISTO EN TIERRAS DE ZABULÓN Y NEFTALÍ.
El profeta Isaías, (700- Ac) nos narra que el otro lado del Jordán cerca del lago de Galilea eran las tierras de Zabulón y Neftalí, medio hermanos hijos Jacob, habitada por gentiles, montaraces, extremadamente pobres, en una tierra seca, árida, de piedras y arenisca, con una montaña de poca altura que corre paralela entre el mar mediterráneo y el monte Carmelo, lleno de cuevas, de sombras y de muerte. Allí en esa tierra que andaba en tinieblas (Isaías 9:2) vieron una gran luz que resplandeció desde lo alto, en alusión a la venida del Salvador, porque Jesús es eso, luz de salvación y misericordia.
Por ello, habiendo llegado la hora de develar su misión en la tierra y tomado en conocimiento del arresto de su primo Juan el Bautista, Jesús deja Nazaret y se retira a Galilea, tierra de Zabulón y Neftalí para empezar su obra evangelizadora en los pueblos cercanos al lago de Galilea para lo cual había venido a este mundo.
Jesús no busca las grandes ciudades, ni palacios ni acercarse a los potentados, ni a los doctores de la ley, ni a los sabios y ricos; sino que busca a los pobres, sencillos y humildes. hombres de la vida cotidiana, pescadores, campesinos jornaleros, carpinteros, insignificantes hombres de barro, llenos de defectos, traidores, ladrones, prostitutas y pecadores; por ello, y mientras caminaba por las riberas del mar de Galilea, a la caída de la tarde , se encuentra primero con los hermanos Pedro y Santiago y mas adelante con Juan y Andrés, estos dos últimos hijos Zebedeo y los invita diciendo Síganme y ellos dejando las redes de pesca le siguieron inmediatamente. Luego reunió hasta 12 seguidores, que le acompañaron y vieron cómo era su vida, sin bienes, sin casa, sin techo donde dormir, pasando por el mundo haciendo el bien y sanando a los enfermos, expulsando demonios, perdonando los pecados, para finalmente, enviarlos a que continúen su obra, haciendo conocer sus enseñanzas, y que practiquen la misericordia y el perdón por por todos los pueblos de la tierra.
Hoy en día, Jesús escogería para sus discípulos a los habitantes de la periferia de las ciudades, los pueblos jóvenes, los marginales que habitan los cerros, los campesinos como aquellos de las tierras de Zabulón y Neftalí, a esas personas que tienen hambre de pan y hambre de Dios, para modelarlos como el barro del hortelano vaciarlos de sus defectos y llenarlos de sus dones y su misericordia, porque el mundo de hoy necesita de vasijas nuevas para recibir el vino nuevo que es compromiso, que es caridad, que es solidaridad, que es perdón, compasión, y paz que nace de lo mas profundo del corazón.
Enero 2023,